PÉRDIDAS DE PRODUCCIÓN POR FALLAS EN LA FECUNDACIÓN, COMPETENCIA Y ANORMAL DESARROLLO DE LAS BAYAS EN VID VINÍFERA - page 7

CENTRO DE ESTUDIO DE LA VID
ARTÍCULO DE EXTENSIÓN, AÑO 2004
UNIVERSIDAD DE CHILE
Director: Dr. sc. agr. RODRIGO CALLEJAS R.
Sub Director: Agr. Ph D. CLAUDIO PASTENES V.
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CEVID. Centro de Estudio de la Vid, Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile.
Santa Rosa 11315, La Pintana, Santiago, Chile; Casilla 1004, Santiago. F:56-2-9785727
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Calcio.
El calcio debe ser considerado por dos razones fundamentales. La literatura menciona un rol importante de este elemento
sobre la cuajadura, tanto por su papel en la germinación del grano de polen, así como sobre el crecimiento del tubo polínico,
debido a su efecto quimiotrópico que ejerce sobre este órgano.
Posteriormente, este elemento afectaría la calidad de los tejidos de unión entre el pedicelo y el raquis, al ser componente
principal de la pared celular. Adicionalmente, se menciona que este elemento sería fundamental para generar un adecuado
desarrollo vascular (xilema y floema), al jugar un rol activo en el movimiento basipolar de las auxinas.
Prevención de las deficiencias. Al ser un elemento igual que el boro, inmóvil en el floema, las deficiencias normalmente son
localizadas en algunos órganos específicos, tales como el fruto, a pesar de la buena disponibilidad a nivel de suelo. Este
problema debe ser abordado a partir de los conceptos que se enmarcan dentro de alteraciones propias de la “fisiología
funcional” y “deficiencias transitorias” que presentan ciertos nutrientes.
Corrección de las deficiencias. Control de los niveles en el tejido y probablemente se hace necesario probar aplicaciones
foliares dirigidos a la inflorescencia y el racimo.
Fósforo y Hierro
Normalmente se menciona al fósforo como un nutriente importante en la cuajadura, dado que este proceso requiere de
energía, lo que involucra directamente a un buen estatus de este elemento. Sin embargo, una segunda razón sería el rol que
juega este elemento en el óptimo desarrollo de las semillas, órgano fundamental en el crecimiento de la baya. La literatura
señala que del total de P presente en una planta de vid, el 44% se encuentra en órganos frutales y el 56% en los vegetativos,
parte importante del cual son reservas. Normalmente en la medida que va madurando la baya, se produce porcentualmente un
aumento de P en ellas, a diferencias del resto de los órganos donde se ha detectado una baja relativa de este elemento.
Respecto al hierro; las deficiencias de este elemento se asocian a un efecto indirecto que se expresa como una baja tasa
fotosintética, aguzada por una reducida síntesis de clorofila en la hoja. Esta condición, afecta directamente la dotación de
cadenas carbonadas, para el óptimo desarrollo de la planta y la fruta.
Corrimiento por causas fisiológicas
Fisiología funcional. Los problemas enmarcados dentro de la “fisiología funcional” de un nutriente, se refieren a aquellas
deficiencias que aparecen en algunos órganos, a pesar de la buena dotación de ese elemento en el suelo, funcionamiento de
las raíces y en algunos casos, sin problemas de movilidad por el xilema. Los ejemplos más clásicos se refieren al calcio y el
boro.
Respecto al calcio, es conocido en la fruticultura las deficiencias y desórdenes fisiológicos de este elemento en la fruta, a
pesar de los adecuados niveles evaluados a nivel foliar.
Lo mismo ocurre para el caso del boro, al momento de analizar su disponibilidad dentro de los procesos de cuajadura en la
vid. Normalmente, se observan niveles foliares adecuados, pero sin embargo ciertos órganos, como el estigma, manifiestan
deficiencias claras y requieren de aplicaciones foliares de este elemento para obtener una adecuada fecundación.
Así como en el caso del calcio se han desarrollado otro tipo de evaluaciones, distinto al análisis foliar clásico para determinar
posibles deficiencias de este elemento, es fundamental desarrollar en el caso del boro otro tipo de monitoreo que permita
prever las posibles deficiencias. A partir de otros trabajos relacionados con el boro, llevados a cabo en el CEVID Universidad
de Chile, Se ha ido comprobando que la concentración de este elemento en yemas parece ser un buen indicador de probables
problemas a nivel de la inflorescencia y el fruto. Se ha encontrado a lo largo de Chile, una buena correlación entre los niveles
de boro disponible a nivel de suelo y las concentraciones en la yema, valores que oscilaron entre 32,5 y 19 ppm. Primeros
antecedentes en Carmenère con alto, medio y bajo corrimiento, arrojaron niveles de boro en la yema de 21, 23 y 26 ppm
respectivamente. En el caso de Malbec con corrimiento medio, se constató 20 ppm de boro en este órgano.
1,2,3,4,5,6 8,9,10
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