EL PALO NEGRO Y RAQUIS DÉBILES: APLICACIONES TEMPRANAS DE FERTILIZANTES FOLIARES BAJO UNA VISIÓN INTEGRADA DEL PROBLEMA. - page 4

CENTRO DE ESTUDIO DE LA VID
ARTÍCULO DE EXTENSIÓN, AÑO 2005
UNIVERSIDAD DE CHILE
Director: Dr. sc. agr. RODRIGO CALLEJAS R.
Sub Director: Agr. Ph D. CLAUDIO PASTENES V.
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CEVID. Centro de Estudio de la Vid, Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile.
Santa Rosa 11315, La Pintana, Santiago, Chile; Casilla 1004, Santiago. F:56-2-9785727
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Se han propuesto algunas hipótesis que pretenden explicar las causas de la generación de este desorden fisiológico, sin
embargo, en la práctica las hipótesis se entrelazan, dificultando la determinación del peso individual que tiene cada una de
ellas en la generación del problema. Entre las principales se señalan:
a) Desequilibrio hormonal: Competencia entre el racimito y el brote, enmarcado dentro de los procesos de inhibición
correlativa (Callejas, 1999), afectando adicionalmente la buena vascularización del raquis y pedicelo de las bayas (Lang
et al
.
1994). Un alto vigor provocaría una mayor presencia de auxinas en los brotes respecto de la baya, situación que indiciría una
degeneración de la pared celular y con esto la desorganización del plasma. Adicionalmente, el menor transporte de auxinas
en forma basipolar, provocaría un menor desarrollo del sistema vascular del racimo en general (Sach, 1981; Aloni, 1987).
Una carencia local de Ca y Mg favorecería este proceso.
b) Desequilibrio osmótico: En torno al envero la baya se va cubriendo de una capa de cera (pruina) disminuyendo su tasa
transpiratoria en comparación con el raquis. Inicialmente la presión osmótica es superior en el raquis, invirtiéndose el efecto
al momento de la acumulación de azúcares por parte de la baya, órgano que tendería a sacar agua desde el raquis provocando
el desequilibrio en esta parte del racimo. Por otra parte, el colapso del xilema del pedicelo de las bayas y la alta tasa
transpiratoria que sigue presentando el brote, incrementa la predisposición al desorden fisiológico, por la alta movilidad
xilemática del Ca hacia el follaje en desmedro del racimo.
c) Desequilibrio nutricional: Se menciona el exceso de nitrógeno amoniacal (Christensen y Boggero, 1985); deficiencias de K
(Jordán, 1984; Ruiz, 1993), deficiencias de Ca y Mg, en muchos casos asociado a desequilibrios hormonales (Alleweldt y
Hifny, 1972; Currle
et al.
, 1983, Keller y Koblet, 1995) y deficiencia de cadenas carbonadas, por su rol en el proceso
matabólico del uso del nitrógeno.
Está claro que las hipótesis ayudan a ordenar los antecedentes generales en torno a este desorden fisiológico, sin embargo y
de acuerdo a un sin número de estudios, hay condiciones prácticas que jugarían un rol relevante en la generación del
problema y que hay que considerar al momento de enfrentar esta problemática en terreno: a) características genéticas de la
variedad y el patrón (portainjerto), b) cantidad, calidad y actividad del sistema radical, c) exceso de producción (respecto del
potencial productivo de la unidad productiva), d) características edafoclimáticas del sitio donde se ubica la unidad productiva,
e) características químicas del agua de riego y f) técnicas de manejo.
Características genéticas de la variedad y el patrón (portainjerto)
La sensibilidad de una variedad o combinación variedad-patrón, tiene directa relación con el grado de vigor que expresa la
planta. Para similares condiciones edafoclimáticas y técnicas de manejo, la generación de desequilibrios expresados por
exceso de vigor, normalmente se ha correlacionado a una mayor aparición de Palo Negro en la fruta.
En el
Cuadro 1
, se presenta un listado de variedades clasificadas respecto de la sensibilidad a Palo Negro. Es probable que
en la práctica, la percepción de sensibilidad se vea aumentada o disminuida de acuerdo a las condiciones específicas del
parronal o el viñedo.
Respecto de los patrones, la literatura propone la siguiente clasificación de acuerdo a la capacidad de inducir o disminuir el
vigor de la variedad:
a) Patrones que imprimen un exceso de vigor y por ende una alta predisposición al palo negro: Kober 5 BB, 8B, 99R, 125
AA, 44-53, 110-R.
b) Patrones que imprimen una bajo vigor y por ende menor predisposición al palo negro: Riparia, 101-14, 3309, 26C, 196-17
Cl.
Dada la falta de experiencia en el país en el uso de patrones y el éxito que ha tenido en el último tiempo la venta de plantas
injertadas, se estima que si no se realizan las investigaciones necesarias y no se implementan manejos adecuados, la presencia
de este problema podría incrementarse. Hasta el momento se ha logrado tener una incipiente experiencia sobre el Palo
Negro, con un grupo reducido de variedades de uva de mesa, sin embargo, en el futuro inmediato se deberá enfrentar otra
realidad, dada las nuevas combinaciones patrón/variedad que se están plantando, muchas de las cuales ya han presentado en
forma importante el problema.
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