EL PALO NEGRO Y RAQUIS DÉBILES: APLICACIONES TEMPRANAS DE FERTILIZANTES FOLIARES BAJO UNA VISIÓN INTEGRADA DEL PROBLEMA. - page 7

CENTRO DE ESTUDIO DE LA VID
ARTÍCULO DE EXTENSIÓN, AÑO 2005
UNIVERSIDAD DE CHILE
Director: Dr. sc. agr. RODRIGO CALLEJAS R.
Sub Director: Agr. Ph D. CLAUDIO PASTENES V.
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CEVID. Centro de Estudio de la Vid, Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile.
Santa Rosa 11315, La Pintana, Santiago, Chile; Casilla 1004, Santiago. F:56-2-9785727
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retenciones de K por las arcillas, así como de otros elemento (B, Zn), no quedando disponibles en forma adecuada para la
planta. Otra posibilidad, es que en conjunto con inadecuados criterios de riego se induzcan problemas a nivel radical,
afectando la absorción de nutrientes. Con respecto a los suelos de textura gruesa, la fertilidad natural de ellos es bastante baja
y extremadamente baja si las piedras o las arenas se presentan en forma abundante. Si en este caso los criterios de riego no
consideran una reposición adecuada de agua (frecuencia), existe la posibilidad de provocar muerte de raíces o a lo menos sus
ápices de crecimiento, situación que promueve deficiencias nutricionales. Adicionalmente y a pesar de lograr adecuadas
condiciones de humedad de suelo para las raíces, inapropiados criterios de fertilización pueden inducir desequilibrios graves
en la planta. Finalmente, si se exceden los volúmenes de agua destinados al riego, se producirán importantes pérdidas por
lixiviación, e inclusive de aquellos elementos que en la práctica son considerados de lenta movilidad en el suelo (K y P).
Por su parte, el exceso de humedad en el suelo puede provocar trastornos aún mayores que la falta de agua, incluyendo
asfixia y muerte de raíces.
Características climáticas.
Debido a la alta variabilidad anual en la manifestación de palo negro para una misma unidad
productiva, se ha planteado que existirían condiciones de tipo climática que jugarían un rol fundamental en la inducción de
éste desorden fisiológico (Hifny y Alleweldt, 1972; Theiler y Muller, 1986; Fregoni, 1999).
Temperatura y humedad relativa. Diversos estudios han demostrado que los frutitos recién cuajados presentan una importante
tasa transpiratoria, pero en la medida que prosigue su desarrollo, se ha verificado una drástica disminución de este parámetro
(Lenz y Blanke, 1983; Frieden
et al.,
1987).
Se estima que un alto flujo transpiratorio temprano en la temporada, es fundamental para un adecuado abastecimiento de Ca,
Mg e inclusive micronutrientes (B y Zn), lo que permitiría disminuir patologías en los frutos, relacionadas con sus
deficiencias (Wiersum, 1966; Düring y Oggionni, 1986). De la misma forma, este cambio se presentaría a nivel de todo el
racimo, encontrándose diferentes tasas transpiratorias de los racimitos dependiendo de la variedad. Frieden
et al.
(1987),
mencionan que el racimo muestra un incremento paulatino de la transpiración en la medida que la temperatura aumenta de 15
a 35°C, pero esta respuesta va disminuyendo con la edad del órgano. Esta situación podría determinar la sensibilidad del
cultivar a desórdenes fisiológicos relacionados con los nutrientes antes señalados.
La alteración de la transpiración de las bayas (
Figura 3
) afecta el transporte y contenido de Ca (Düring y Oggionni, 1986).
Adicionalmente, una baja transpiración por parte de este órgano, se ha asociado a un incremento de la presencia de palo
negro (Stellwaag-Kittler y Haub, 1964).
Variados estudios han asociado la generación de Palo Negro con la local y relativa deficiencia de Ca (Alleweldt y Hifny,
1972). Es probable que la reducción del flujo a través del xilema del pedúnculo, y de esa manera la entrada de Ca al racimo,
induzca la manifestación de Palo Negro (Düring y Lang, 1993), así como ráquis débiles. Lang
et al.
(1994) manifiestan que
variedades clasificadas como susceptibles a este desorden fisiológico (ej: Trollinger, Riesling), mostraron un menor
desarrollo del xilema del pedúnculo, respecto de variedades conocidas como resistentes (ej: Pinot Noir y Pinot Gris).
Estudios realizados en manzano (Lenz y Blanke, 1983), muestran una alta transpiración de los frutos inmediatamente
posterior a la cuajadura. Posteriormente se observa una rápida reducción de la transpiración incrementándose parcialmente
hacia el final del período de crecimiento (
Figura 4
). Adicionalmente se constató una mayor transpiración durante las horas
del día respecto de la noche.
Los ápices de los brotes, hojas nuevas y los frutos se caracterizan por una baja tasa de transpiración, así como por menores
niveles de Ca (Bangerth, 1979). Mix y Marschner (1976) mencionan que a nivel de hojas se ha determinado 3-5 % de Ca,
mientras que en la pulpa de la fruta los niveles son menores a 0,3 %. Adicionalmente se menciona, que si las condiciones
generales llevan a una disminución en la tasa de transpiración, paralelamente baja el contenido de Ca de la fruta.
En órganos como el fruto que presentan baja tasa de transpiración, el flujo por el xilema producto de la presión de la raíz,
particularmente durante la noche, es muy importante para el ingreso de agua y Ca. Este flujo se vería afectado
principalmente por 2 factores: a) potencial osmótico del suelo, decreciendo el flujo en la medida que se incrementa el grado
de salinidad en la solución suelo y b) tasa respiratoria de la raíz y por ende oxigenación del suelo. Se señala que
interrupciones en la aireación durante la noche, no afectarían la acumulación de Ca en el sistema radical, pero se reduciría
fuertemente su transporte hacia la parte aérea (Tachibana, 1991).
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